Xochicotzoquahuitl, el árbol del ámbar



Esta mañana, llevando mi hijo a casa de sus abuelos, de repente me di de bruces con el rojo esplendoroso de un árbol que se está plantando con cierta frecuencia en Madrid estos últimos años. La mayoría de ellos son, por ahora, arbolitos recién transplantados de sus viveros, que no llaman demasiado la atención. Llegado el otoño, sin embargo, sus hojas se tiñen de un rojo intenso (a veces muy oscuro, casi negro) que delata su presencia.

Examinando este árbol con más detenimiento, nos daremos cuenta que tiene hojas palmatilobadas, muy parecidas a las de los arces, con un borde más o menos regularmente aserrado. Las inflorescencias femeninas y las infrutescencias son también muy características, agrupándose las flores en cabezuelas esféricas que cuelgan de largos pedúnculos. Comparte esta característica y el hecho de tener inflorescencias separadas por sexos con otra especie muy común en nuestros parques y avenidas: el platano. Las similitudes, sin embargo, no van más lejos. Los frutos de ambas especies son muy diferentes. En el caso del liquidambar, la infrutescencia está constituida por cápsulas soldadas entre ellas que se abren liberando varias semillas aladas. La infrutescencia del platano, en cambio, se disgrega por completo liberando aquenios.



      
Inflorescencia femenina y semilla deLiquidambar styraciflua(Altingiaceae). Inflorescencia femenina y aquenios dePlatanus xhispanica(Platanaceae).



El liquidámbar (Liquidambar styraciflua) tiene otro interesante punto en común con el platano (Platanus x hispanica). Ambas especies, en efecto, pertenecen a familias muy antiguas constituidas por un único género y muy pocas especies. Se trata de géneros relictuales, auténticos fósiles vivientes. Tuvieron antiguamente un área de repartición mucho más extensa, habiéndose encontrado fósiles de ambos géneros en todo el Hemisferio Norte. Fueron, sin embargo, barridos del continente europeo por las glaciaciones cuaternarias. La mayoría de las especies vive actualmente en el SE de Asia y Norteamérica. Ambos géneros tan solo están representados en Europa por una única especie, respectivamente, que tan solo sobrevivieron en el extremo SE del continente (Platanus orientalis) y en Asia Menor y la isla de Rodas (Liquidambar orientalis) . Esa disyunción del área de repartición entre Norteamérica y Asia y la total ausencia (o casi total ausencia) del continente europeo se observa en muchísimas familias y géneros. Durante el Terciario, muchos géneros estuvieron presentes en todo el Hemisferio Norte pero desaparecieron por completo del continente europeo durante el Cuaternario. Muchas especies propias de las zonas templadas del Hemisferio Norte se cultivan con frecuencia en nuestros parques y jardines. Lo que generalmente ignoramos es que especies afines algún día formaron parte de la flora de nuestro continente. Darse un paseo por los parques de la capital resulta ser, en realidad, un viaje al pasado, a una era en la que la flora de nuestro continente era mucho más rica que la actual...



Mapa de distribución de la familia de lasAltingiaceae, a la que pertenece el árbol del ámbar. Está constituida por 13 especies, 1 en Norteamérica (L. styraciflua), 1 en América Central (L. macrocarpa, a veces incluida en la anterior), 1 en Asia Menor (L. orientalis) y todas las demás en el E y SE de Asia. Mapa: Angiosperm Phylogeny Group
Mapa de distribución de la familia de lasPlatanaceae, a la que pertenece el platano. Está constituida por unas 8-11 especies, 1 en el SE Asia (P. kerrii), 1 en el SE de Europa y Asia Menor (P. orientalis), y todas las demás en Norteamérica y América Central. El platano de sombra (P. x hispanica) es un híbrido muy próximo a P. orientalis. Mapa: Angiosperm Phylogeny Group




El nombre liquidámbar hace referencia a la resina o goma que exuda el árbol. Esa resina ha tenido y sigue teniendo muchos usos. Se ha utilizado como chicle, aromatizante del tabaco, perfume en distintos productos cosméticos, incienso y un largo etcétera de usos. El nombre náhuatl del árbol,Xochicotzoquahuitl, alude a esa misma carcterística (significa "árbol que produce trementina aromática"). Se trata de una especie con un área de repartición bastante extensa, estando presente en todas las zonas templadas del E de Norteamérica y en las zonas montañosas de México y de América Central (hasta Nicaragua). En la Península Ibérica, la especie se cultiva con cierta frecuencia y, que yo sepa, no se ha observado naturalizada en ningún lugar. Los requerimientos hídricos de esta especie, que crece en climas húmedos o subhúmedos, con precipitaciones por encima de los 1000 mm anuales, limitarían, en cualquier caso, esa posibilidad a la vertiente atlántica de la Península y a algunas sierras del interior.

Tras imaginar lo que pudo ser la vegetación de este continente en el pasado, acabaré este breve artículo soñando con lo que podría ser Madrid en el futuro. Estos arbolitos que el frío otoñal ruboriza pueden llegar a ser unos árboles imponentes si se les deja crecer. Cultivados, no suelen sobrepasar los 15 m, que ya es una altura muy respetable en una ciudad. El ejemplar más alto que se conoce, sin embargo, alcanza 41,4 m de altura y tiene un tronco con un diámetro de 2,25 m (Craven County, North Carolina). Imaginaos esos imponentes árboles inundando de color nuestras avenidas... Y sabiendo que en muchos lugares (como la calle Príncipe de Vergara), se han plantados ginkgos, el Madrid de mañana promete convertirse en un auténtico espectáculo. Claro que estos árboles crecen a un ritmo que descarta que yo pueda llegar un día a deleitarme de tal espectáculo. Sin contar que quienes los plantaron en las medianas de esas avenidas no parecen tener mucha idea de lo imponentes que pueden llegar a ser estos árboles. Puede, pues, que los corten mucho antes de alcanzar la edad adulta. Soñar, sin embargo, no cuesta nada. En estos tiempos de crisis, es lo menos que podemos hacer.

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